Aristófanes y la Comedia Antigua
Seguramente cualquiera de nosotros, si no conociera el género, podría pensar que el lugar menos indicado para buscar información «seria» sobre los antiguos griegos, sería la comedia ateniense del siglo V a. C., con su carácter grotesco, sus chistes verdes, su obscenidad, su ataque contra personas conocidas, sus incoherencias de todo tipo (cualquier personaje de repente puede hablar al modo trágico para hacer reír, por ejemplo) y su fantasía desbordada, que da origen a las situaciones más inverosímiles. En el escenario figuras corrientes inventadas por el poeta se codean con personajes históricos, dioses y personificaciones de toda índole, desde coros de aves y ranas, o de nubes, hasta figuras simbólicas como Guerra, Fiesta y Cosecha, o incluso unos ¡cacharros de cocina!, a los que se llama a declarar como testigos ¡en un juicio contra un perro que ha robado un trozo de queso! (por supuesto el perro también aparece en escena). La misma fantasía que caracteriza el modelado de los personajes caracteriza también las tramas de las comedias. Por poner algún ejemplo, en una de las obras un personaje sube al cielo en un escarabajo alado en busca de la diosa Paz (Paz); en otra el protagonista baja a los infiernos para rescatar a Eurípides (Las ranas); o si la ciudad está en guerra, el héroe cómico hace una tregua para él solo y para su familia (Los acarnienses), y las mujeres, mediante una huelga sexual, obligan a los griegos a aceptar la paz (Lisístrata); finalmente, en la que se considera la comedia más fantástica, Las aves, la pareja protagonista huye de Atenas y se va con las aves a fundar una ciudad en el aire, desde la que controla a hombres y dioses, y les impone sus condiciones. Como es «lógico», ya que van a vivir en el aire, a los dos atenienses les crecen alas.
Pues bien, ¿puede una Comedia de estas características ser seria?
La respuesta es sí, pero antes de seguir adelante conviene aclarar un hecho. La Comedia Antigua –éste es el nombre del género– nos es conocida fundamentalmente por un autor, Aristófanes, del que tenemos once comedias completas; de los demás autores sólo nos quedan fragmentos. Esto significa que a la hora de hablar de la Comedia Antigua nos estamos refiriendo esencialmente a la de Aristófanes, su único representante para nosotros pero también muy probablemente el mejor autor.
Como hemos dicho, la Comedia es un género serio e importante en el fondo, y esto en absoluto está en contradicción con el humor que la caracteriza. El poeta, aparte de divertir, pretende hacer reflexionar al espectador sobre los problemas de la realidad cotidiana que preocupan a la comunidad, problemas que, a través de la crítica festiva y de la distorsión típicamente cómicas, aparecen reflejados en las obras. La guerra con Esparta, los tribunales de justicia, el reparto de la riqueza, la educación, la política, las nuevas corrientes ideológicas y artísticas, la literatura, están en el centro de las comedias de Aristófanes. Su actitud –ya lo hemos dicho– es crítica, e incluso a veces hasta denigratoria, pero con la risa el poeta transmite un mensaje serio. Se trataba de enseñar deleitando, misión tradicional de la poesía griega.