5. Nota final
Volvamos, para concluir, a la citada visión de la filosofía como medicación para el alma o "cuidado de alma"(therapeía tes psyches) Ya dijimos que , al utilizar estos términos, Platón reciclaba una tradición no sólo socrática, sino órficopitagórica, que él la reelabora con una renovada vertiente ética y una trascendencia metafísica. Pero no quisiera dejar de advertir que esa atención al alma tiene también ciertos precedentes sofísticos al margen del platonismo. Por un tardío testimonio - del docto Plutarco- conocemos que el sofista Antifonte empleaba un método de su invención para curar por la palabra la ansiedad y la tristeza.(En su libro La curación por la palabra Laín recuerda el talento pionero de este sagaz sofista) Llamaba téchne alypías a su fina psicoterapia muy prefreudiana, que estaba también basada en el cuidado de alma , pero en un sentido muy distinto al de la teoría platónica, sin su trasfondo ético y metafísico. Es ese sentido terapéutico el que pervive en un texto como el famoso fragmento epicúreo (221 Usener) que dice ;" Vana es la palabra del filósofo que no remedia (therapeúetai) ningún sufrimiento humano. Porque así como no es útil la medicina si no suprime las enfermedades del cuerpo, así tampoco la filosofía sin suprime las dolencias del alma". Y esa imagen del filósofo como médico del alma , y procurador, por tanto, de la serenidad de ánimo, persiste en las filosofías helenísticas -- incluso cuando se piensa que el alma es material y perece con el cuerpo -- con un resonante énfasis. ( Cf. Martha Nussbaum, The Therapy of Desire. Theory and Practice in Hellenistic Philosophy, Princeton, 1994. Hay trad, esp. reciente )