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Domingo, 24 de noviembre de 2024
Jornadas sobre la antiguedad
EL CUERPO (Y SUS CUIDADOS) EN LA ANTIGUA GRECIA
Cuerpo y alma. De Homero a Platón

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2. Sobre los sentidos de la palabra psyché.

Ya hemos visto que la palabra psyché puede ser traducida como "vida" y como "alma" . Conviene precisar algo más el sunto, aunque se trata de un tema muy bien conocido . En principio la etimología es muy fácil: el verbo psycho significa "soplar" y psyché es el "soplo o hálito" que exhala el moribundo. La psyché sale volando de la boca del que muere, según cuenta muchas veces Homero. ( Como una mariposa, que también es en griego psyché ) Luego ha pasado a significar la "vida", que también se escapa del cadáver. Y "alma" , como una imagen etérea del muerto, una especie de figurilla o doble del difunto, un eidolon, que va a parar al ámbito infernal del Hades, donde pervive de modo sombrío y fantasmal. La acepción de psyché como "vida" está muy clara en Homero. Por ejemplo, en el verso 5 de la Odisea, donde se dice que Ulises había sufrido muchos dolores en su ánimo, "defendiendo su vida y el regreso de sus compañeros" ( arnúmenos hen te psychèn kaì nóston hetaíron ) . El sentido del alma como imagen del muerto en el Más Allá tiene sus mejores ejemplos en el canto XI de la Odisea , cuando Ulises va a consultar al "alma' de Tiresias y se encuentra en ese otro mundo sombrío con las "almas", psychaí, de sus camaradas muertos en Troya y de otros famosos difuntos.

Sobre este trasfondo anímico se ha desarrollado un nuevo sentido del término: "alma" como "espíritu", y como centro espiritual del ser humano. Ese es el sentido que encontramos, en su plenitud, en varios Diálogos de Platón , y que pudo desarrollarse antes en círculos órficos y pitagóricos, y ser recogido y reelaborado por su astuto maestro. Esa concepción espiritual del "alma" se encuentra ya en un enigmático fragmento , el 45 DK, de Heráclito, que dice:

"Los límites del alma no los hallarás en tu viaje , aunque recorras todos los caminos, tan profundo es su lógos."

Aquí se atribuye al alma cierta infinitud y un profundo lógos. No necesitamos discutir el pleno sentido de este aserto. Nos basta advertir que aquí el alma se concibe ya como algo espiritual. (Cf. Snell, p. 38 y ss.)

Platón, como se sabe, situará en el alma los deseos y los pensamientos y hará de ella el órgano espiritual de toda la persona humana. En la tradición preplatónica , sin embargo, es el cuerpo quien piensa y siente, y en él se sitúan los órganos corpóreos de la sensibilidad y el pensamiento : el thymós, las phrénes , y el nous. La psicología homérica ilustra muy bien esas funciones de los órganos del cuerpo. No vamos a detenernos ahora en la evolución del concepto del alma en Platón, ni en sus teorías sobre su estructura tripartita, un tema complejo y muy bien estudiado.

Así como Homero no tiene un concepto de la psyché como un órgano espiritual, tampoco tiene una palabra que designe el cuerpo. El término usual en griego clásico para "cuerpo", soma, es muy raro en Homero y tiene la acepción de "cadáver"..B. Snell escribió sobre esto pàginas magistrales ( "La concepción homérica del hombre", o.c., pp.22 y ss.) . Me gustraía citar aguno de sus párrafos: "Esta realidad empieza a existir para el hombre así que es vista como tal , tan pronto como se tiene conciencia de ella y enpieza a ser designada por una palabra con la cual puede ser pensada. Es evidente que los hombres homéricos tenían cuerpo igual que los griegos posteriores; pero no tenían conciencia de él como "cuerpo", sino como "suma de miembros". Se puede decir, pues, que los griegos homéricos no tenían cuerpo en el pleno sentido de la palabra: el cuerpo, soma, es una interpretación posterior de aquello que era concebido como méle o guia, como "miembros". De acuerdo con esto, Homero habla una y otra vez de "ágiles piernas", de "las rodillas que se sueltan", de los "poderosos brazos"; estos miembros son para él lo que vive, lo que se presenta ante los ojos.

Algo semejante se nos presenta en el reino de lo anímico, pues cuerpo y alma, carne y espíritu son conceptos opuestos, cada uno de los cuales queda determinado por su contrario. Donde no exista el concepto de cuerpo, no puede darse el concepto de espíritu y viceversa. Así pues, Homero tampoco tiene ninguna palabra propia para designar "alma" o "espíritu". Psyché, la palabra que en el griego posterior significa alma, no tiene originariamente nada que ver con el alma que piensa y siente. En Homero, psyché es únicamente el alma en cuanto "anima" al hombre, es decir, en cuanto lo mantiene en vida. " (Snell, pp. 25-6)

De Homero a Platón la semántica del "cuerpo" y del "alma" ha recorrido un buen trecho. Pero no debemos regatear originalidad a la tesis socrática de que el verdadero yo reside sólo y por entero en el alma, y, por consiguiente, que la auténtica virtud o areté consiste en hacer a nuestra alma lo mejor posible mediante una vida dedicada de lleno a la therapeía tes psyches. (C. García Gual, p. 69 )

Qué raro debía de sonarles esta teoría, con su proyección ética y práctica, a sus contemporáneos lo vio bien ya Cornford (o.c. p. 46):

"Al decirles a los atenienses que lo único de que valía la pena preocuparse en la vida no era ni la riqueza ni la distinción social, sino el alma, Sócrates estaba haciendo manifestaciones que sonaban muy raras a los oídos de éstos. El ateniense corriente consideraba su alma,- su psique- como un espectro o doble inmaterial, etéreo, de su cuerpo, una sombra que en el momento de su muerte acaso partiera rauda hacia un lúgubre Hades lindante con al inexistencia o quizá se escapara a modo de aliento, desvaneciéndose como el humo en la atmósfera. Si hablaba de su "yo" se refería a su cuerpo, sede cálida y viva de la conciencia, conciencia condenada a debilitarse al ir menguando las facultades con la edad y a perecer con el cuerpo en el momento de su muerte. Decirle que su asunto principal era cuidarse de su "alma" , y de la perfección de ésta, era como decirle que no hiciera caso de su cuerpo y se pusiera a acariciar su sombra.

El descubrimiento de Sócrates fue que la persona verdadera no era el cuerpo, sino el alma."

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