La superioridad de Aquiles como héroe
Héctor es inferior a Aquiles porque en un momento dado olvida su destino. Aunque el troyano es consciente de su destino al despedirse de Andrómaca, su sentido del honor le impulsa a regresar al combate. Pero sus victorias posteriores le hacen perder la conciencia de que su éxito es pasajero, pues desoye tres veces la advertencia de Polidamante. Desde el canto VI hasta el XXII se aferra a las esperanzas de expulsar a los aqueos, matar a Aquiles y hasta de obtener piedad de su implacable enemigo. Sólo cuando resuelve enfrentarse a Aquiles, reconoce su error y recuerda que no ha hecho caso de los consejos.
En cambio, Aquiles sabe que el destino de los seres humanos es el sufrimiento y la muerte. Así lo expresa en diversos lugares del poema. Este conocimiento de la condición no divina, caracterizada por la vaciedad de la muerte y la distancia de los dioses, da grandeza a las gestas de Aquiles, que en todo momento es consciente de que ha elegido una vida breve y gloriosa antes que una larga y oscura, y de que su muerte es inminente.
Las cualidades heroicas de Aquiles en la Iliada contrastaban con las que otros poemas épicos atribuían a Heracles, el héroe más importante de la mitología griega, que participó en la toma de Troya y, en vez de morir, subió al Olimpo, donde se casó con Hebe.
En la Ilíada hay un interés por lo humano que emerge sobre el fondo de una sociedad bélica primitiva. Esa preocupación por lo humano se manifiesta en el desapego por lo grotesco, lo hiperbólico, lo brutal, lo mágico y lo maravilloso, en las valoraciones morales implícitas y, sobre todo, en la compasión ante el sufrimiento y la muerte, que unen a todos los hombres. Esa compasión ante el sufrimiento y la muerte destaca en Ilíada XXIV, cuando Aquiles recibe a Príamo en su tienda y se apiada del padre que ha llegado a escondidas al campamento aqueo para solicitar el rescate del cadáver de su hijo.
La Ilíada da importancia a la elevación espiritual y a la humanidad de los héroes. Héctor, Fénix y Patroclo, que juegan un papel limitado en otros poemas de la leyenda troyana y que encarnan estos valores humanos, pueden haber sido invenciones o desarrollos del poeta de la Ilíada. Este interés por lo humano preludia la tragedia clásica y el afán característico de la cultura griega antigua por la explicación racional.
Muchos nombres de persona, tanto aqueos como troyanos, son nombres parlantes que describen la actividad o el carácter del personaje (por ejemplo, en 5.59 s. se menciona a Tékton Harmonides ‘Carpintero hijo de Ensamblador’, que construyó para Paris las naves que fueron origen de las desgracias) *1. El nombre de Aquiles, que es exclusivamente épico como buena parte de los nombres de los héroes principales que aparecen en los poemas homéricos, es también parlante y significa "que causa pena al pueblo" *2.
La cólera de AquilesLa Ilíada versa sobre la cólera de Aquiles, un sentimiento o, por utilizar el término tradicional, una pasión.Aristóteles, Retórica II 2-11 contiene un análisis de las pasiones, que comienza por la descripción de la ira, definida del siguiente modo:
Admitamos que la ira es un apetito penoso de venganza por causa de un desprecio manifestado contra uno mismo o contra los que nos son próximos, sin que hubiera razón para tal desprecio. Ahora bien, si esto es la ira, entonces es necesario que el iracundo se encolerice contra un individuo concreto – por ejemplo, contra Cleón, pero no contra el hombre en general - ; además, que sea por algo que le han hecho o iban a hacerle a él mismo o a los suyos; y, además, que a toda ira siga un cierto placer, nacido de la esperanza de vengarse.
Esta descripción se corresponde con la definición que se encuentra, por ejemplo, en el Diccionario de la Real Academia Española. Esto parece suponer que el sentimiento de la ira era semejante en la antigua Grecia y en la actualidad. Pero esto no es así con todos los sentimientos. Recordemos, por ejemplo, que el amor es ilustrado por Platón en el Banquete mediante la relación entre un varón adulto y un varón adolescente. Nosotros, en cambio, ilustramos el sentimiento del amor con dos jóvenes como Romeo y Julieta.
Algunos psicólogos sostienen que los sentimientos o que algunos sentimientos al menos son una creación cultural. Es decir, aprendemos en nuestra cultura al menos algunos de los sentimientos que tenemos. Si esto es así, podemos esperar que la ira en la antigua Grecia es el mismo sentimiento de la ira según lo definimos en la actualidad. En apariencia es así, porque la definición de Aristóteles en la Retórica es válida para lo que hoy entendemos como ira. Pero la cólera de Aquiles quizá no es lo mismo que la ira de los hombres. La 'cólera' de Aquiles se llama mênis, como la de los dioses, mientras que la palabra no se aplica a los demás héroes, a quienes se aplica khólos, orgé y otras. También el verbo correspondiente aplicado a Aquiles y a los dioses es menío, mientras que los verbos aplicados a otros héroes son diferentes.
Este hecho plantea la cuestión de si el sentimiento, la emoción o la pasión que afecta a Aquiles y que constituye el tema central de la Iliada es lo que nosotros denominamos ira, o es algo distinto, que sólo sienten los dioses y Aquiles, y que se denomina mênis.
Notas
*1 Cf. H. von Kamptz Homerische Personennamen. Sprachwissenschaftliche und historische Klassification, Göttingen 1982: 25 ss.; Hainsworth ad 10.335.
*2 G. Nagy, The Best of Achaeans: Concepts of the Hero in Archaic Greek Poetry, 1979, with new Introduction, Baltimore2 1999.