
Lo sobrenatural y lo maravilloso
Homero restringe en su relato lo sobrenatural, lo mágico y lo maravilloso estrictamente a los dioses. En los poemas del Ciclo épico algunos hombres se convertían en dioses. Pero en la Iliada no hay guerreros invulnerables ni invisibles, ni armas mágicas. No se menciona el Paladio, la imagen de Atenea que era necesario retirar de Troya para tomar la ciudadela, ni el arco de Heracles que Filoctetes debía llevar a Troya como condición para que fuera conquistada. La armadura que Hefesto fabrica para Aquiles a petición de su madre Tetis no es invulnerable. No hay referencia a la invulnerabilidad de Aquiles y de hecho es herido en 21.166 s. Los monstruos son sólo mencionados en diálogos entre personajes, no en el relato del poeta. En otras tradiciones épicas la magia y lo sobrenatural juegan un papel importante. En la Odisea lo maravilloso sólo aparece en el relato de Ulises, no en la narración del aedo1*.
La cólera de Aquiles como símbolo de la guerra de TroyaLa  cólera de Aquiles que narra la Ilíada es símbolo de la guerra de Troya, y la Ilíada es el poema sobre Ilio. Algunos episodios del comienzo de la Iliada se corresponden mejor, como hemos  visto, con la llegada de la expedición aquea. Lo que se presenta como el  comienzo de un día de batalla del décimo año de lucha cuadra mejor con la  primera batalla de la guerra: el catálogo de las naves aqueas incluye a Filoctetes,  abandonado en Lemnos, y a Protesilao, muerto al desembarcar y cuya ausencia  lloran sus súbditos; Helena presenta a Príamo a los jefes griegos y se admira  de no ver a Cástor y a Pólux; y se hace un acuerdo para dilucidar la guerra  mediante el duelo de Paris y Menelao. A la concisa exposición del tema central  siguen amplias escenas de combate por Troya, lo que hace que en muchos pasajes  el tema de la cólera esté fuera de la atención y que lo central sea la guerra  entre troyanos y aqueos.
        La Ilíada abarca también el fin de la  guerra. Ya desde el comienzo Agamenón, Héctor y Diomedes anuncian con sombría  certeza la toma de Troya, pero las afirmaciones sobre su inminente conquista se  hacen más frecuentes a medida que avanza el poema. La identificación de Héctor  con su ciudad y su posterior muerte a manos de Aquiles contribuyen también a la  impresión de que la ruina del reino de Troya está consumada.
Notas
1* Cf. J. Griffin, Journal of Hellenic Studies 97, 1977, 39-53.